CUPIDITAS
Postal de la empresa Arcade, Chicago, 1920, advirtiendo al pajarito En el arte, los pájaros suelen decirnos lo que los personajes humanos no pueden. En el ámbito del erotismo, ese mensajero siempre fue más necesario, sustituyendo la exhibición de los deseos culpables, de los temores inconfesables, de los placeres privados –que siempre caen en la tentación de hacerse públicos-, por un juego que, pese a ser ambiguo, a veces no lo es lo suficiente. El desarrollo de la pintura al óleo está íntimamente ligado al naturalismo y éste, asumiendo que los comitentes del arte eran, básicamente, hombres, estuvo al servicio de la representación fiel de la carne femenina. L a exhibición de los desnudos en la mitología solía ser una excusa para el voyerismo. El placer de la vista, atributo máximo de la pintura, puede invitar a sumarse a los otros sentidos, pero el invitado principal es la imaginación. Encontramos diversas maneras de asociar los pájaros a los placeres de la carne. Alimentar a las