DONDE TODO EMPIEZA
Quizás, esta entrada debió ser la primera...o la última. Aunque la genética y la actualizada teoría de la evolución hayan reavivado el debate sobre la posición relativa del huevo y la gallina , lo cierto es que el huevo, en parte gracias a la pureza de su figura y a su superficie pulida, nos parece la representación de la sencillez y la perfección, una verdadera joya que la naturaleza ofrece sin el esfuerzo del ingenio humano, cuyo carácter precioso se debe sólo a su forma: no requiere brillo ni color. Cuando Alicia, en A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (Lewis Carroll, 1871), se encuentra con Humpty Dumpty, ese huevo tan impertinente, se desarrolla un diálogo enervante y gracioso a la vez, como todos a los que se enfrenta la protagonista: --Mi nombre es Alicia, pero... --¡Vaya nombre más estúpido! --interrumpió Humpty Dumpty con impaciencía. --¿Qué es lo que quiere decir? --¿Es que acaso un nombre tiene que significar necesariamente algo? --preguntó Alicia, nada conven