EL AVE AZUL
"Los alciones amados de Tetis" (Virgilio, Geórgicas) El Alción en el Bestiario de Oxford, Bodleian Library, Oxford “ Nos encanta contemplar el azul ”, observó Goethe en su Teoría de los colores (1810), “ no porque avance hacia nosotros, sino porque nos atrae hacia él ”. Este color, con su universo de matices, parece haber atraído más mentes que cualquier otro, tiñendo la literatura de una admiración casi religiosa. Goethe describió el azul como un color para " perturbar más que para animar " y Rilke se asombraba de que Cézanne convocara hasta dieciséis tonos de azul a sus cuadros. “ El día termina. Cae la noche. Y en el medio ... está la hora azul " (Isabelle Simler, Heure bleu, 2015). El color azul es muy raro en la naturaleza; de hecho, el azul que vemos no suele deberse a que los animales o las plantas tengan pigmentos azules, sino a un fenómeno de difracción de la luz (si vemos al microscopio las alas de las mariposas Morpho o las plumas del pavo