CHARLATÁN Y BELLOTERO

Alberto Durero, arrendajo, 1509 Arrendajo es un nombre que suena despectivo y no parece muy agraciado para un ave de plumaje brillante y de presencia imponente, pero, como cualquier miembro de la familia de los córvidos, no podía salir bien parada de la nomenclatura, que le ha dado el binomial Garrulus glandarius. Su ronco grito, desagradable y áspero, a veces insistente, merece que se le llame gárrulo; su gusto por las bellotas y su curiosa costumbre de esconderlas (se dice que es capaz de hacer una despensa de hasta cuatro o cinco mil al año), le dan un justo apellido de bellotero (de glandem , bellota). Salterio de Lutterell, Biblioteca Británica. El arrendajo con su bellota Es un pájaro bullicioso y algo colérico, pero sin la vestimenta sombría de sus parientes, cuervos y urracas, aves de luto, sino con colores más vistosos, y, de hecho, el ornitólogo Étienne Mulsant lo comparaba con una viuda “ cuyas lágrimas ya han dejado de fluir ”, un luto ya post...