EL INMUNDO

 

“El pato, el animal inmundo que hace grasa de todo”

(Alphonse Toussennel, Ornitología pasional, 1864)

Recipiente de cerámica en forma de pato, periodo Ptolemaico, 305-30 a.C., The Walters Art Museum, Baltimore 

En la Antigüedad, como el ganso y el cisne, el pato era considerado un ave afrodisíaca y, por tanto, un símbolo erótico, y su relación con el agua determinaba su consideración como alimento. Hipócrates escribió un libro sobre la dieta con varias referencias a las aves y, en particular, afirma que comer alimentos inadecuados en cantidades erróneas puede alterar el equilibrio de los componentes naturales del organismo, de modo que la alimentación tenía que variar según el clima y las estaciones, que creía que influían en los humores. Como habla de “aves anfibias”, dice que "Los patos y otras aves que viven en pantanos o en el agua son todos húmedos" y de ello se derivarían riesgos en la dieta.

Biblioteca Británica, MS adicional 11390 (Der Naturen Bloeme), folio 30r

El arte visual posterior no desarrolló, aparentemente, tradiciones simbólicas ligadas al pato.  El hecho de que las fuentes clásicas de la iconografía moderna, como Hieroglyphica de Valeriano y la Iconologia de Ripa, lo tengan bastante olvidado parece ser un indicativo de esta circunstancia. En Emblemática sí recibió varios significados, pero éstos no se remontan a una tradición coherente. En Camerarius ni siquiera figura entre los emblemas del mundo de las aves, pero encontramos algunas relaciones simbólicas: sumergido con la cabeza con el lema “Profunda quoque scrutatur” (“También escruta en la profundidad”) sirve como alegoría de la persona curiosa.

Profunda quoque scrutatur”, Johann Andreas Endters e hijos, Núremberg, 1671 - 1723

 Como señuelo (“Officiosa aliis, exitiosa suis”, “Obediente para los demás, destructivo para los suyos”) aparece como emblema del traidor a su pueblo (esta alegoría se puede encontrar en los Emblemas de Alciato como “Dolus in suos” (“traidor a los suyos”).

Virgil Solis, xilografía de los Emblemas de Alciato, Frankfurt, 1583. El texto dice:

 “El pato señuelo bien alimentado con sus alas verde azuladas está entrenado para salir y regresar con sus amos. Cuando ve escuadrones de sus parientes volando por el aire, grazna y se une a la bandada, hasta que puede atraerlos, desprevenidos, hacia las redes tendidas. Cuando los sorprenden, levantan un clamor de protesta, pero ella, sabiendo lo que ha hecho, guarda silencio. El pájaro traicionero se contamina con sangre afín, servil para los demás, mortal para los de su propia especie.”

Este significado es una mirada de reojo al traidor Judas Iscariote, pero también es evidente una interpretación ulterior en el sentido de la seducción moral ("Allicit in laqueos", “atrae a las trampas”).

Un verso de Hans Sachs parece basarse en una tradición más antigua. En 1524 escribió, en cuartetos, sobre “las características de los doce pájaros puros y los doce inmundos”, publicados alrededor de 1534 con ilustraciones xilográficas de Erhard Schön en Núremberg. El verso que acompaña a la imagen del “inmundo pato” dice:

“El pato se alimenta de sus excrementos

como lo desea el que no tiene Dios.

Bienes temporales y grandes tesoros

los deja finalmente tras de sí”

Además de la ilustración científica, donde más se le representa es en las naturalezas muertas de tema de caza.

Jean-Baptiste-Siméon Chardin (1699-1779), Pato azulón y naranja de Sevilla, 1728-30, Musée de la Chasse et de la Nature, París


Jacques-Charles Oudry (1720-1778), Un bodegón con un pato y un zarapito suspendidos de un clavo, colección privada

 

Vincent de Beauvais dice que, a veces, el macho mata a la hembra en el entusiasmo de la cópula y puede que Chaucer se refiera también a esto cuando, en El parlamento de las aves describe al macho del pato como "destructor de su propia especie”, una afirmación que se une a su fama de traidor.

La caza y las sospechas de ser un animal sucio, traidor y de carne afrodisiaca se funden en su presencia en la pintura de género holandesa. Las aves muertas solían utilizarse para referirse a la voluptas carnis, la lujuria carnal y los deseos mundanos. 

Nicholas Maes, Mujer desplumando un pato, 1656, Museo de Arte de Filadelfia

En esta obra, la jarra de vino y la copa de la habitación del fondo evocan una segunda presencia humana y la escopeta y la pieza de caza sugieren que se trata de un hombre. Los patos abatidos por el cazador son una alusión explícita al amor físico. Ya vimos que, en el neerlandés, el verbo vogelen (literalmente, "cazar pájaros") significaba también, en el uso vulgar, copular. El pato tiernamente desplumado por la criada, como el gato amenazante, alude al amor físico. Es característico de Maes evitar el enfoque flagrantemente obsceno que preferían otros de sus colegas. Aquí, el artista se limita a insinuar la presencia del hombre y convierte una escena mundana en un tranquilo interior burgués. En relación con esto, viene a cuento resaltar que, en castellano, la expresión "pelar la pava" tenía, originariamente, un sentido obsceno, no difícil de imaginar.

Pieter de Hooch, Mujer con un niño y una criada en un interior, Museo de Arte de Worcester

Aquí, la criada sostiene un pato y la madre está sentada en una postura, con las piernas abiertas, que caracteriza a las mujeres de moral dudosa, con el simbólico gato a sus pies. La puerta de la calle abierta refuerza la idea del poco recato de la mujer.

La obra de Gabriel Metsu, El regalo del cazador, representa un interior en el que un hombre sentado en una silla ofrece una perdiz muerta a una joven que se dedica, virtuosamente, a la costura. Es evidente, dados los otros elementos (el perro, la escopeta, el pato en el suelo), que el hombre acaba de regresar de cacería. La mujer responde a su ofrecimiento extendiendo el brazo hacia un libro de oraciones que hay sobre la mesa: tenemos el dilema moral y, pese a la presencia de la estatuilla de Cupido sobre ella, su gesto parece indicar que rechaza la proposición.

Gabriel Metsu, El presente del cazador, c. 1658-1661, Rijkmuseum

Parece que el pato era a las aves lo que el cerdo a los mamíferos y fue parte importante del repertorio aviar holandés para las advertencias morales a las mujeres, una llamada a la estabilidad familiar como sustento del orden social, un valor dominante en la cultura de los Países Bajos. El pato era tanto atracción, señuelo, como aviso de peligro.





 









Comentarios

  1. Anónimo3/7/24 14:13

    He terminado hoy de leer todas las entradas atrasadas. Gracias por todas, Alfonso. Con toda tu erudición y amenidad hemos descubierto músicas para cuadros de Klee, historias alucinantes de naufragios y horrores en islas del Pacífico, gansos que nacen de los árboles... ¡Te esperamos en septiembre! Muy feliz verano. Ana.

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