EL INMUNDO
“El pato, el animal inmundo que hace grasa de todo”
(Alphonse Toussennel, Ornitología pasional, 1864)
En la Antigüedad, como el ganso y
el cisne, el pato era considerado un ave afrodisíaca y, por tanto, un símbolo erótico,
y su relación con el agua determinaba su consideración como alimento.
Hipócrates escribió un libro sobre la dieta con varias referencias a las aves
y, en particular, afirma que comer alimentos inadecuados en cantidades erróneas
puede alterar el equilibrio de los componentes naturales del organismo, de modo
que la alimentación tenía que variar según el clima y las estaciones, que creía
que influían en los humores. Como habla de “aves anfibias”, dice que "Los patos y otras aves que viven en pantanos o en el agua son todos húmedos" y de ello se derivarían riesgos en la dieta.
Biblioteca Británica, MS adicional 11390 (Der Naturen Bloeme), folio 30r
El arte visual posterior no
desarrolló, aparentemente, tradiciones simbólicas ligadas al pato. El hecho de que las fuentes clásicas de la
iconografía moderna, como Hieroglyphica
de Valeriano y la Iconologia de Ripa, lo tengan bastante olvidado parece ser un indicativo de esta circunstancia. En
Emblemática sí recibió varios significados, pero éstos no se remontan a una
tradición coherente. En Camerarius ni siquiera figura entre los emblemas del
mundo de las aves, pero encontramos algunas relaciones simbólicas: sumergido
con la cabeza con el lema “Profunda
quoque scrutatur” (“También escruta
en la profundidad”) sirve como alegoría de la persona curiosa.
“Profunda quoque scrutatur”, Johann
Andreas Endters e hijos, Núremberg, 1671 - 1723
Como señuelo (“Officiosa aliis, exitiosa suis”, “Obediente para los demás, destructivo para los suyos”) aparece como emblema del traidor a su pueblo (esta alegoría se puede encontrar en los Emblemas de Alciato como “Dolus in suos” (“traidor a los suyos”).
Virgil Solis, xilografía de los Emblemas de Alciato, Frankfurt, 1583. El texto dice:
“El pato señuelo bien alimentado
con sus alas verde azuladas está entrenado para salir y regresar con sus amos.
Cuando ve escuadrones de sus parientes volando por el aire, grazna y se une a
la bandada, hasta que puede atraerlos, desprevenidos, hacia las redes tendidas.
Cuando los sorprenden, levantan un clamor de protesta, pero ella, sabiendo lo
que ha hecho, guarda silencio. El pájaro traicionero se contamina con sangre
afín, servil para los demás, mortal para los de su propia especie.”
Este significado es una mirada de
reojo al traidor Judas Iscariote, pero también es evidente una interpretación
ulterior en el sentido de la seducción moral ("Allicit in laqueos", “atrae
a las trampas”).
Un verso de Hans Sachs parece
basarse en una tradición más antigua. En 1524 escribió, en cuartetos, sobre “las características de los doce pájaros
puros y los doce inmundos”, publicados alrededor de 1534 con ilustraciones
xilográficas de Erhard Schön en Núremberg. El verso que acompaña a la imagen
del “inmundo pato” dice:
“El pato se alimenta de sus excrementos
como lo desea el que no tiene Dios.
Bienes temporales y grandes tesoros
los deja finalmente tras de sí”
Además de la ilustración
científica, donde más se le representa es en las naturalezas muertas de tema de
caza.
Jean-Baptiste-Siméon Chardin (1699-1779), Pato azulón y naranja de
Sevilla, 1728-30, Musée de la Chasse et de la Nature, París
Jacques-Charles Oudry (1720-1778), Un bodegón con un pato y un zarapito
suspendidos de un clavo, colección privada
Vincent de Beauvais dice que, a
veces, el macho mata a la hembra en el entusiasmo de la cópula y puede que
Chaucer se refiera también a esto cuando, en El parlamento de las aves describe al macho del pato como "destructor de su propia especie”, una
afirmación que se une a su fama de traidor.
La caza y las sospechas de ser un
animal sucio, traidor y de carne afrodisiaca se funden en su presencia en la
pintura de género holandesa. Las aves muertas solían utilizarse para
referirse a la voluptas carnis, la
lujuria carnal y los deseos mundanos.
Nicholas Maes, Mujer desplumando un pato, 1656, Museo de Arte de
Filadelfia
En esta obra, la jarra de vino y la copa de la habitación del fondo evocan una segunda presencia humana y la escopeta y la pieza de caza sugieren que se trata de un hombre. Los patos abatidos por el cazador son una alusión explícita al amor físico. Ya vimos que, en el neerlandés, el verbo vogelen (literalmente, "cazar pájaros") significaba también, en el uso vulgar, copular. El pato tiernamente desplumado por la criada, como el gato amenazante, alude al amor físico. Es característico de Maes evitar el enfoque flagrantemente obsceno que preferían otros de sus colegas. Aquí, el artista se limita a insinuar la presencia del hombre y convierte una escena mundana en un tranquilo interior burgués. En relación con esto, viene a cuento resaltar que, en castellano, la expresión "pelar la pava" tenía, originariamente, un sentido obsceno, no difícil de imaginar.
Pieter de Hooch, Mujer con un niño y una criada en un interior, Museo
de Arte de Worcester
Aquí, la criada sostiene un pato y la madre está sentada en una postura, con las piernas abiertas, que caracteriza a las mujeres de moral dudosa, con el simbólico gato a sus pies. La puerta de la calle abierta refuerza la idea del poco recato de la mujer.
La obra de Gabriel Metsu, El regalo del cazador, representa un interior en el que un hombre sentado en una silla ofrece una perdiz muerta a una joven que se dedica, virtuosamente, a la costura. Es evidente, dados los otros elementos (el perro, la escopeta, el pato en el suelo), que el hombre acaba de regresar de cacería. La mujer responde a su ofrecimiento extendiendo el brazo hacia un libro de oraciones que hay sobre la mesa: tenemos el dilema moral y, pese a la presencia de la estatuilla de Cupido sobre ella, su gesto parece indicar que rechaza la proposición.
Gabriel Metsu, El presente del cazador, c. 1658-1661, Rijkmuseum
Parece que el pato era a las aves lo que el cerdo a los mamíferos y fue parte importante del repertorio aviar holandés para las advertencias morales a las mujeres, una llamada a la estabilidad familiar como sustento del orden social, un valor dominante en la cultura de los Países Bajos. El pato era tanto atracción, señuelo, como aviso de peligro.
He terminado hoy de leer todas las entradas atrasadas. Gracias por todas, Alfonso. Con toda tu erudición y amenidad hemos descubierto músicas para cuadros de Klee, historias alucinantes de naufragios y horrores en islas del Pacífico, gansos que nacen de los árboles... ¡Te esperamos en septiembre! Muy feliz verano. Ana.
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